Acabo de regresar de Momad 1001 con una bolsa repleta de catálogos, tarjetas, folletos, revistas y mucho más. Un paseo agradable, la cantidad justa de visitantes, ni agobios ni aburrimiento, y algunas descubrimientos muy, muy interesantes. Pero quizás menos de los esperados. Prevalece la sensación de que entre un total de 216 expositores de las más diversas características, han sido tan sólo unos pocos los que han logrado sorprenderme. ¿Está casi todo inventado en el universo de las bodas?
El punto neurálgico, una carpa de un Circo Años 50 donde se daban cita las propuestas vintage. Entre ellas, las más interesantes de la feria salvo excepciones que ya os iré contando a lo largo de diferentes posts. Tampoco es cuestión de desvelar los secretos de Momad y que luego me lleguen las quejas de los visitantes por chafarles el elemento sorpresa.
Anillos de pedida de titanio y carbono; las videoinvitaciones; degustaciones de catering, de tartas e incluso de fuentes de chocolate; exhibiciones de magia y de violín eléctrico; demostraciones de maquillaje, de sonido y de iluminación para bodas; coaching para organizar una boda perfecta; cómo preparar la música de la boda; diseño de bodas tematizadas; el fotomatón o ramos de novias con frutas son algunas de las propuestas de esta cita especialmente enfocada a quienes van a casarse.
Y no os cuento más. Tenéis que descubrirlo personalmente o, mejor aún, en pareja.